Reglas de oro para manejar en lluvia
1. Mantén la presión de tus llantas en el nivel recomendado y cámbialos cuando aparezcan las barras de desgaste en los canales de la banda de rodamiento.
2. Enciende las luces. Es muy importante ver y ser visto cuando llueve.
3. Reemplaza cada año las plumillas de los limpiaparabrisas y aplica a tus cristales un producto que disperse el agua para asegurarte la mejor visibilidad.
4. Extrema precauciones con respecto a los demás conductores.
5. Revisa el depósito del líquido limpiaparabrisas. Con lodo, usarás constantemente el líquido del depósito.
6. Las primeras gotas, mezcladas con el polvo y la grasa de las calles, convertirán el pavimento en una superficie resbaladiza, mantente atento desde el mismo instante en que llueva.
7. El cambio de temperatura interior/exterior empaña los cristales. Utiliza la recirculación del aire acondicionado con aire frío y la mitad caliente.
8. Evita los movimientos bruscos. La lluvia y la niebla reducen la adherencia de tus llantas hasta en un 50%.
9. En caso de haber encontrado un charco de considerables dimensiones, seguramente se mojaron las pastillas de los frenos, sigue manejando despacio y pisa en repetidas ocasiones con el vehículo en marcha el pedal de freno suavemente para secar los discos o los tambores.
10. Maneja por el carril de baja velocidad: en caso de que te sientas inseguro por la cantidad de lluvia, detén tu marcha en un lugar seguro o maneja por los carriles de baja velocidad con las luces intermitentes prendidas.