Sector automotor de México: vientos en contra desde el norte
-La suma total anual del comercio entre las dos economías creció de 81 mil 500 millones de dólares en 1993 a 557 mil millones en 2017.
La industria automotriz de México ha experimentado un fuerte crecimiento desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1993. La representatividad del sector creció de 1.5% del PIB y de 8.5% respecto de la producción manufacturera al año 1993, a una proporción de 3% del PIB y 18% de la producción manufacturera en 20151 .
Actualmente, México es el séptimo productor de autos más importante del mundo y el primero de América Latina (luego de haber sobrepasado a Brasil en 2014).
Desde el principio de su campaña electoral en 2016, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha atacado continuamente al TLCAN. El mandatario ha culpado al acuerdo del gran déficit comercial que Estados Unidos tiene con México (de 71 mil 100 millones de dólares en 2017) y por la pérdida de empleos.
La industria automotriz es uno de sus blancos favoritos y no es casualidad: la rama de transporte y equipo relacionado representa aproximadamente 13.9% de las exportaciones totales de Estados Unidos a México y 33.7% del total de las importaciones de Estados Unidos desde México. En general, es el sector con el desequilibrio comercial más grande en Estados Unidos.
De acuerdo a un estudio de Coface Seguro de Crédito, la institución degradó su evaluación para la industria automotriz mexicana de “riesgo medio” a “riesgo alto” en diciembre de 2017, después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en parte debido a la exposición del sector a los cambios potenciales del TLCAN5.
La renegociación del TLCAN comenzó en agosto de 2017 y se ha extendido de momento hasta fines del primer trimestre de 2018. Actualmente, el Tratado exige que los autos terminados contengan 62.5% de sus partes procedentes de los países socios, esto si quieren aprovechar la condición libre de impuestos a las importaciones en la región.
Los negociadores norteamericanos desean aumentar esta proporción a 85%, con 50% garantizado para los fabricantes norteamericanos. La propuesta ha sido rechazada categóricamente por los gobiernos de Canadá y México, así como por las armadoras de autos de cada uno de los tres países, quienes argumentan que una proporción de 85% no es factible.
El resultado final de las negociaciones puede posponerse para 2019, especialmente si se considera el calendario electoral de México y de Estados Unidos este año. La primera consecuencia de corto plazo está en las inversiones, las cuales están actualmente detenidas. Coface considera que el escenario más probable es que se alcance un acuerdo comercial que ampliamente preserve el comercio transfronterizo y los lazos de inversión entre los tres miembros.
Aún si el TLCAN se disuelve, todavía existen factores (el tipo de cambio de libre flotación y la alta integración entre las industrias de los dos países) que pueden amortiguar el impacto negativo para la industria automotriz de México. Además, si Estados Unidos se retira del acuerdo, el comercio entre los dos países puede ser regido por las reglas de nación más favorecida (MFN por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que estuvieron vigentes hasta 1994.
-Seis de cada 10 autos fabricados en México se exportan a Estados Unidos
La industria automotriz de México ha crecido considerablemente desde la firma del TLCAN. Actualmente, México es hogar de 16 plantas de las principales armadoras de autos ligeros y otras 12 plantas se dedican a autos pesados. Todos los productores son de marcas extranjeras, tales como General Motors, Ford, Volkswagen, Fiat Chrysler, Nissan y Kia.
Los números muestran la evolución de la fabricación de vehículos, así como de exportaciones y ventas nacionales durante los últimos 24 años.
La producción de vehículos se ha más que triplicado en este periodo, al alcanzar una producción anual de 3.9 millones de unidades en 2017. En términos de volumen, las exportaciones han aumentado a un mucho mayor ritmo (+547% entre 1994 y 2017) que las ventas locales (+258% en el mismo periodo). Actualmente, la industria está altamente orientada al mercado de exportación. Por ejemplo, en 2017 una proporción de 82% de la producción se dirigió al mercado internacional.
A pesar de las amenazas que enfrenta la industria automotriz de México, la producción alcanzó niveles récord en 2017 (+8.9% año-año), nuevamente impulsada por el mercado de la exportación. La producción dirigida a Estados Unidos aumentó 9.4%, gracias a la fuerte actividad del país y al mercado laboral. De manera más importante, México pudo reducir marginalmente su dependencia de ventas respecto de Estados Unidos.
La representatividad de Estados Unidos en las exportaciones totales de autos de México bajó de 77% en 2016 a 75.3% en 2017. En tanto que las exportaciones a otros mercados distintos a Estados Unidos aumentó 20.9% en 2017. Canadá (+8.5%), Alemania (+22.2%) e Italia (+388%) fueron los principales contribuyentes.
Durante los últimos 24 años, el mercado interno de México cada vez más ha sido abastecido por los autos importados, los cuales llegan principalmente de Asia (59% del total de las importaciones en 2017).
Los números muestran cómo la proporción de los autos importados ha evolucionado en el registro total, al pasar de 12% en 1994 a 59% en 2017. Esto también revela que el registro total de autos creció 247% en el mismo periodo. Parte de estas importaciones corresponde a autos usados (17% del total de las importaciones en 2016).
Según la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA), el número de ventas de vehículos hechas por financiamiento declinó 2.6% en 2017: una caída equivalente a 27 mil 721 autos. Además, es probable que las incertidumbres relacionas con las elecciones presidenciales de México, (programadas para el 1 de julio de 2018) y las renegociaciones del TLCAN hayan influido en las decisiones de consumo de los hogares. Al venirse abajo las ventas por origen de los vehículos, los registros de autos importados aumentaron 2.2% en 2017, mientras que el registro de los autos producidos localmente cayó 12% en el mismo periodo.
En aras de apoyar a los fabricantes locales, a fines de diciembre de 2017, México anunció la extensión de las reglas que imponen restricciones a los autos usados importados, con el propósito de fortalecer las ventas locales.
-La retórica de Trump todavía no ha dañado al sector.
La retórica de Trump todavía no ha dañado al sector, pero el riesgo de la renegociación del TLCAN ha aumentado por la agenda electoral el presidente Donald Trump ha aumentado las preocupaciones relativas a nuevas inversiones en el sector automotor de México. Durante su campaña electoral, el presidente Trump amenazó a las armadoras más importantes del mundo con un arancel de 35% a las importaciones si continuaban con la producción de vehículos en México para su venta en el mercado de Estados Unidos.
En ese momento, algunos de los fabricantes mundiales de vehículos cancelaron planes de inversiones en México y anunciaron nuevas inversiones en Estados Unidos; sin embargo, ninguno de ellos reconoció que sus decisiones fueron resultado de las amenazas del presidente Trump.
Sin embargo, desde entonces, el presidente Trump ha reducido su retórica contra la industria automotriz de México, y parece haber abandonado la idea del arancel de 35%. A pesar de esto, en agosto de 2017, Toyota anunció que iba a retrasar la apertura de una nueva planta en México de 2019 a 2020.
Ford decidió cancelar parte de sus inversiones planeadas en el país (incluida una nueva planta de mil 600 millones de dólares en San Luis Potosí), y declaró en junio de 2017 que importará la mayoría de su nueva generación de autos Focus de China en lugar de México. Sin embargo, Ford también declaró posteriormente en 2017 que iba a trasladar, de Michigan a México, la producción de su auto SUV híbrido y el totalmente eléctrico. BMW planea abrir una nueva planta en México en 2019.
Conforme al Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI), la inversión fija bruta aumentó 4.1% de enero a noviembre de 2017 interanual. La terminación de las renegociaciones del TLCAN se pospusieron de fines de 2017 al primer trimestre de 2018 y pueden incluso extenderse a 2019.
La sexta ronda de las pláticas del TLCAN tuvo lugar en Montreal a finales de enero de 2018. Se lograron algunos avances, pero los temas más espinosos (tales como las reglas de origen y la cláusula ‘sunset’) no se resolvieron.
A pesar de la retórica anti libre comercio de Estados Unidos y la posposición de las renegociaciones del TLCAN, el escenario más probable es aquel en el que se conserve un acuerdo comercial que preserve ampliamente los vínculos de comercio transfronterizo entre los tres países.
El presidente Trump ha demostrado ser altamente impredecible, pero recientemente ha asumido una postura más conciliatoria e incluso ha declarado que es posible alcanzar un acuerdo razonable.
También mencionó a mediados de enero de 2018, que no hay prisa de terminar las renegociaciones, al citar las elecciones presidenciales de México (que se realizarán el 1 de julio de 2018).
Adicionalmente, las elecciones de medio término de Estados Unidos se realizarán en noviembre de 2018. La profundidad de la relación comercial de México y Estados Unidos también aumenta las posibilidades de nuestro escenario base. Si Estados Unidos decide abandonar el TLCAN, el gobierno estadounidense puede enfrentar una fuerte oposición tanto de la industria como de estados en particular.
La suma total anual del comercio entre las dos economías creció de 81 mil 500 millones de dólares en 1993 a 557 mil millones en 2017. En 2017, México fue el destino de 10.6% de las exportaciones totales de Estados Unidos, las cuales representan 1.3% del PIB estimado para 2017.
Respecto a las importaciones totales, 10.8% vino de México (1.6% del PIB). Según un estudio del Atlantic Council, un centro de análisis de Estados Unidos7, los estados norteamericanos más integrados con México son Nuevo México, Arizona, Texas y Michigan.
Además, se estima que 40% del valor de las importaciones de Estados Unidos desde México procede de materiales y partes producidas en Estados Unidos. Esto significa que 40% de cada dólar que Estados Unidos gasta en mercancías de México de hecho apoya a las empresas norteamericanas. La industria automotriz ha llegado a ser uno de los sectores más integrados en América del Norte.
Actualmente muy pocos vehículos son fabricados en un solo lugar y las plantas armadoras se han reorientado para aprovechar las economías de escala. Este fenómeno no es exclusivo del sector automotor tal como se rige por el TLCAN: el Panorama de Coface sobre el comercio mundial explora cómo la globalización ha en efecto transformado la manera como los bienes y servicios son producidos y vendidos.
Cada vez hay menos fragmentación entre los países y las industrias y más fragmentación vertical en las líneas de producción de los mismos productos de diferentes empresas y potencialmente en diferentes países.
Contra todo pronóstico, si el acuerdo se disuelve, algunos factores tendrán que tomarse en cuenta. Conforme al artículo 2205 del TLCAN, un miembro puede retirarse del acuerdo seis meses después de haber entregado por escrito el aviso de su salida a las otras partes. De esta forma, si el presidente Trump decide abandonar el TLCAN, lo que suceda después puede ser sujeto a una interpretación legal: algunos expertos legales argumentan que el presidente no tiene autoridad para dejar un tratado comercial sin la aprobación del Congreso.
A pesar de que aranceles más altos en la frontera pueden reducir los volúmenes de ventas y en lo general pueden reducir la rentabilidad en el sector automotor de México, varios factores pueden minar el impacto de esa medida.
Si Estados Unidos se retira del TLCAN, el comercio entre los dos países se regirá por las reglas de nación más favorecida de la OMC, que entraron en vigor en 1994 (el año de la aplicación del TLCAN).
Las exportaciones mexicanas tendrán que pagar entonces, la aplicación de un arancel de 3.5% en promedio, mientras que las exportaciones de Estados Unidos tendrán que enfrentar un arancel mexicano de 7.1% en promedio.
Por tanto, la cuota aplicable a las exportaciones mexicanas no será muy alta. Además, ya que México tiene un tipo de cambio en libre flotación, parte del impacto negativo será amortiguado por la depreciación de su moneda, la cual puede elevar el atractivo de sus clientes extranjeros potenciales.
Las elecciones presidenciales de México, ¿otro factor de riesgo? Existe el riesgo de que la renegociación del TLCAN se traslape con las elecciones presidenciales de México el 1º de julio de 2018. El cambio de gobierno puede representar un giro respecto de la actual dirección económica favorable a los negocios y, consecuentemente, un viraje en la posición de México hacia las negociaciones del Tratado, lo anterior de acuerdo a un estudio de Coface.