75 Años de Ferrari de producir Perfomance y HP
Es inevitable que después de 75 años de innovación, los Cavallinos Rampantes de hoy se parezcan poco a los que los precedieron a mediados del siglo pasado.
Los Ferrari de carretera modernos están en la cúspide del avance de la ingeniería, utilizando una gran cantidad de tecnología que se ha ganado con esfuerzo durante siete décadas al frente de las carreras de ruedas abiertas y cerradas.
Y, sin embargo, no importa cuán avanzado se vuelva un automóvil, todavía hay ciertos aspectos centrales que siguen siendo tan válidos hoy como lo fueron con la llegada del primer Ferrari, el 125 S, en 1947.
Los pistones, por ejemplo, continúan proporcionando potencia, incluso en los nuevos Cavallinos Rampadores híbridos, y en la estación V8 de la Planta de Ensamblaje de Motores todavía insertan meticulosamente todos los pistones de la producción diaria, siguiendo una serie precisa de operaciones formadas a partir de 75 años de trabajo artesanal.
-Observe cómo cobran vida 75 años de artesanía en la planta de ensamblaje de motores.
De hecho, la filosofía de trabajo de la planta es “montaje artesanal, control automático”. En otras palabras, las personas usan la habilidad y el juicio humanos para construir los motores, y las computadoras miden y analizan los datos para garantizar que no se cometan errores. Los robots también tienen otro papel crucial que desempeñar, trabajando en áreas que requieren cantidades incesantes de operaciones repetitivas precisas, como agregar lubricante a los componentes del motor.
Las personas y sus habilidades son fundamentales para el montaje del motor. El motor es el corazón del coche. Los tiempos de combustión, los sincronizadores del árbol de levas, los turbos, el movimiento cinético y los nuevos motores eléctricos son solo parte de las complejidades que aseguran que un Ferrari funcione con el mayor rendimiento posible, y es imposible crear un proceso completamente automatizado que pueda adaptarse a todas y cada una de las complejidades.
Pero una vez que el motor está completamente ensamblado, hay una estación final que solo los robots pueden operar: el banco de pruebas en frío, que cada motor Ferrari V8 debe completar y pasar.
La prueba en frío es esencialmente una prueba de diagnóstico de un motor en marcha, sin el uso de combustible y combustión, y el motor se enciende conectando un motor eléctrico al cigüeñal.
El objetivo no es probar el rendimiento (para eso necesita la combustión), sino asegurarse de que cada componente del motor funcione dentro de los límites de aceptabilidad de Ferrari, y los sensores internos y externos recopilan miles de parámetros de datos antes de que se considere que el motor puede pasar la prueba.
Texto: Ross Brown