
Sector automotriz, uno de las más importantes para la economía
La industria automotriz es una de las más importantes para la economía mexicana, representando el 11.9% del PIB manufacturero y destacándose como líder en la producción de SUV y camiones ligeros.
En 2024 se espera que tanto la producción como las ventas de vehículos muestren crecimiento, aunque todavía estarán por debajo de los máximos históricos alcanzados en 2016.
Este sector ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, con un cambio notable en la preferencia por vehículos ligeros y SUV. La economía mexicana enfrenta un período de desaceleración en 2024, con un crecimiento estimado del PIB de solo 1.3%, lo anterior con un análisis de los especialistas de CIAL Dun & Bradstreet.
La inversión fija, fundamental para el desarrollo económico, registró una contracción anual de 2.3% en septiembre, debido principalmente a una caída en la construcción no residencial. Factores internos, como la reforma judicial, y externos, como las incertidumbres comerciales relacionadas con el T-MEC (Tratado de México, Estados Unidos y Canadá), han afectado negativamente las perspectivas de inversión y crecimiento a mediano plazo.
La industria de vehículos es una de las más importantes del país. A nivel de las 143 industrias, como clasifica el INEGI (Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Información) a la economía, la de vehículos es la décima más importante, con un PIB estimado de más de 44 mil millones de dólares en 2024 (2.3% del PIB nacional).
A nivel de las 86 industrias que conforman el gran sector manufacturero (370 mil millones de dólares), la de vehículos es la más importante, pesando 11.9% del fabricante, seguido de autopartes (9.0%).
Visto por la producción, en la coyuntura, esta industria sigue evolucionando positivamente por tercer año consecutivo. En noviembre se produjeron 351.535 vehículos ligeros (autos y camionetas), con un crecimiento del 6,7% anual y acumulando un avance del 5,7% anual en lo que va del año. Tras el 14.2% de 2023, el de 2024 es aún un buen ritmo, considerando que la economía mexicana crecería apenas 1.3% en este año.
De los 3,98 millones de vehículos producidos en los últimos doce meses, el 76,1% está en el segmento de camiones ligeros y crece un 4,4% anual, mientras que el de automóviles creció un 4,7%. En otra vista, la producción de SUV representa el 48,8% del total nacional, creciendo un 4,9% en lo que va del año. Hace menos de dos décadas, en 2005, su presencia era mínima (4,2%).


La venta de vehículos en el mercado interno (al menudeo) fue de 147,971 unidades en noviembre, reportando un repunte de 14.3% anual. Este nivel, es el segundo más alto para un mes de noviembre desde las 154,779 de noviembre de 2016. En lo que va del año (enero-noviembre), este segmento creció 10.7% anual.
Como en la producción, la composición de las ventas ha cambiado significativamente. Hoy se vende más vehículos ligeros (más del 56% del total), destacando la venta de SUV’s. Por otro lado, de las ventas totales, cerca de 67% corresponde a los vehículos importados, proporción que ha crecido desde el 53% de 2015.
En los años recientes, parte de su dinámica ha sido favorecida por la apreciación del tipo de cambio. Más del 61% de los vehículos importados corresponden a camiones ligeros.
El mercado de vehículos ligeros significará para 2024 ventas estimadas de 1.50 millones de unidades, una buena recuperación, pero aún por debajo de su máximo histórico de 2016 (1.61 millones). Después de cuatro caídas consecutivas (2017-2020), donde se contrajo 41% acumulado, vinieron otros cuatro de recuperación (2021-2024), con un aumento de 58%. Solo hasta 2026, estas ventas lograrán su nuevo máximo, con 1,64 millones de unidades vendidas.

En esta transición sexenal, como en el pasado, es habitual que la economía se modere, sea en el crecimiento, la inversión, el consumo, las ventas, el empleo, entre otros indicadores.
En particular, la inversión, una variable determinante para el crecimiento, cambia de dirección de manera significativa, tras un gran repunte durante el último año y medio.
No solo es un efecto estadístico, también están incidiendo factores locales como la reforma judicial, la eliminación de los órganos autónomos, además de factores externos, en especial la llegada de Donald Trump y sus amenazas arancelarias y de otro tipo.
En septiembre, la inversión fija retrocedió 2.3% anual, su primera caída desde el -4.2% de febrero de 2021, cuando el país estaba saliendo de la crisis del Covid.
La inversión en obras de construcción, que pesa 58% de la inversión total, se contrajo 5.2% anual, destacando el -12.7% de la construcción no residencial (infraestructura, plantas industriales, centros comerciales, entre otros).
Por su parte, la inversión en maquinaria y equipo creció 0.8% anual. Tras crecer 18.0% en 2023, la inversión total crecerá solamente 3.3% en este año, estimándose una caída de 3.8% para 2025.
Si el entorno local y externo no se llevan de manera adecuada, está latente el riesgo de una mayor caída de la inversión, a lo que se sumaría la revisión pendiente del T-MEC de 2026.

En octubre, el crédito bancario total reportó un crecimiento de 5.3% real anual, manteniendo a lo largo del año un ritmo aceptablemente bueno. A su interior, el desempeño sigue siendo diferenciado, con un avance de 4,6% en su segmento comercial, de 10,0% en el de consumo y 3,1% en el hipotecario.
De esta manera, durante 2024, el crédito crecería alrededor de 5.0% anual, en circunstancias en que la economía se ha desacelerado significativamente y las tasas de interés mantienen un sesgo restrictivo, aunque van camino a la baja. Por su parte, la cartera vencida está en niveles de 2.00% del portafolio, un nivel bajo para sus tres segmentos, por lo que no representa riesgo para la banca ni para la economía.
En octubre ingresaron al país 5.723 millones de dólares por remesas familiares, con una reducción del 1,6% anual y con ritmos inestables a lo largo del año.
En este año, esta entrada ascendería a casi 65 mil millones de dólares, su máximo histórico y convirtiéndose en la fuente de divisas más importante para la economía.
Supera a los ingresos por petróleo, al turismo, a la inversión extranjera, entre otros. En 2024 crecerá un 2,4%, una fuerte moderación con relación a los anteriores y su tasa más baja desde 2012. Las remesas equivalen a un 3,5% del PIB.

Expectativas económicas de los analistas
La cifra más reciente de la inflación es de octubre, con 4.8% anual y con mejores resultados en su segmento subyacente (3.80%). Se ve cierta resistencia a seguir bajando, aunque está casi al nivel de su promedio de largo plazo: 4.6% anual durante 2001-2024.
Mientras tanto, los analistas encuestados por Banxico piensan que ésta cerrará el año en 4.4% y descendería hasta 3.9% en 2025, con un rango amplio entre el más optimista (3.2%) y el más pesimista (4.6%). Mientras tanto, la Secretaría de Hacienda piensa que en 2025 será del 3.5%. El descenso de la inflación podría dificultarse si el tipo de cambio se presiona más el año entrante.
Los analistas tienen descontado que la tasa de interés Banxico cerrará este año en 10.00%, con una mayoría amplia que espera ocho recortes para el año entrante, hasta 8.00%. Si la FED (Reserva Federal) de EE. UU. recorta su tasa hasta 3.50% en 2025, se observará un spread a 450 puntos base a favor de México, que se compara contra los 550 puntos actuales.
Los descensos de las tasas en México, EE. UU. y otros países están condicionados a que la inflación mundial siga a la baja.
Finalmente, el mercado cree que el tipo de cambio local se ubicará en 19.9 pesos al cierre de 2024 y en 20.1 pesos en 2025, con una amplia diferencia entre los más optimistas y los más pesimistas. Técnicamente, el tipo de cambio debería estar en 18,4 pesos, informaron los especialistas de CIAL Dun & Bradstreet.